Europa se enfrenta a una de las crisis más severas del capitalismo que pueden implicar graves consecuencias y peligros para l@s trabajador@s y pueblos.
Una crisis que es el resultado de las políticas neoliberales de la Unión Europea – consagradas en los tratados y en la "Estrategia de Lisboa" ‐, que promueven la libre circulación no regulada del capital, la liberalización de mercados y la financialización cada vez mayor de la economía; la reducción de la inversión pública; la explotación cada vez mayor a través de la pérdida de valor salarial y la desregulación de las relaciones laborales; y el impulso la liberalización y privatización de los servicios públicos.
Políticas que promueven la acumulación de beneficios colosales por los grandes grupos económicos y financieros, la formación de grandes monopolios y el deterioro de las condiciones de vida de l@s trabajador@s y los pueblos.
Las medidas adoptadas recientemente por la Unión Europea y ejecutadas por la mayor parte de los gobiernos tienen como objetivo principal socializar las pérdidas y beneficiar los intereses de los grandes grupos económicos y financieros.
Estas medidas van acompañadas por una demagogia intensa de Gobiernos e instituciones de la Unión Europea dominada por los conservadores, los liberales, los social‐demócratas y los verdes de derecha, que intentan ocultar sus responsabilidades por las políticas neoliberales de la Unión Europea, posicionándose a una falsa distancia del neoliberalismo, pero preservando sus directrices políticas en la llamada "refundación del capitalismo". Pero la esencia misma del capitalismo no puede reformarse, regularse, humanizarse. La prueba de esto, es el proceso de integración de la Unión Europea en la estrategia de EE.UU. y de la OTAN, y la encarnación del militarismo, el intervencionismo e interferencia en su "Estrategia Europea de Seguridad".
Al mismo tiempo, faltándole al respeto a la voluntad soberana y democrática expresada a través de los referéndums del pueblo francés, holandés e irlandés, insisten en una Unión Europea más neoliberal y militarista, bajo la dominación de los grandes poderes, a saber a través de la tentativa persistente de puentear el rechazo del Tratado de Lisboa en el referéndum irlandés de 2008.
Es a través de la lucha de l@s trabajador@s y de los pueblos que se puede responder a la situación y abrir las sendas del cambio necesario, rechazando que aquéllos que más sufren sean los que paguen por los efectos de la crisis, y exigiendo mejores condiciones de vida, más democracia, cooperación y paz entre los pueblos. Es objetivo de los partidos firmantes dar a esta lucha una voz en el Parlamento Europeo, junto con otros partidos de izquierda democrática y la izquierda verde nórdica, en estrecha colaboración con organizaciones y movimientos sociales.
Los tiempos están enfrentando a l@s trabajador@s y a los pueblos a un desafío importante: lograr una transformación social profunda, superando la explotación y la opresión.
En continuidad con compromisos previos, las elecciones de junio de 2009 al Parlamento Europeo son para nosotros ‐fuerzas progresistas y de izquierda‐ una oportunidad de reafirmar que esas alternativas a las políticas neoliberales y militaristas de la Unión Europea existen.
Nuestro objetivo es una Europa de cooperación, de progresos sociales, de igualdad, que promueva el medio ambiente, respete la democracia, la solidaridad y la paz. Solamente otro rumbo en la Unión Europea puede contribuir a esto.
Por esta razón, las fuerzas políticas que suscriben este llamamiento reafirman el rechazo del Tratado de Lisboa y exigen que se deje de lado, porque institucionaliza el neoliberalismo y militariza la UE dentro del marco de la OTAN, porque adopta un planteamiento “la seguridad es lo primero” para los asuntos internos de los países de la UE y choca con la necesidad urgente de cambio, de progresos sociales y de un nuevo papel de Europa en el mundo.
Los partidos que suscriben este llamamiento somos portadores de estos valores y estas
demandas. Reafirmamos nuestra determinación de actuar por una Europa diferente que tenga en cuenta efectivamente las demandas sociales y democráticas, las demandas de paz y de solidaridad, que son las aspiraciones legítimas de los pueblos. Para alcanzar esta Europa diferente, proponemos trabajar sobre cuatro ejes de propuestas.
Ver los cuatro ejes de propuestas.
Una crisis que es el resultado de las políticas neoliberales de la Unión Europea – consagradas en los tratados y en la "Estrategia de Lisboa" ‐, que promueven la libre circulación no regulada del capital, la liberalización de mercados y la financialización cada vez mayor de la economía; la reducción de la inversión pública; la explotación cada vez mayor a través de la pérdida de valor salarial y la desregulación de las relaciones laborales; y el impulso la liberalización y privatización de los servicios públicos.
Políticas que promueven la acumulación de beneficios colosales por los grandes grupos económicos y financieros, la formación de grandes monopolios y el deterioro de las condiciones de vida de l@s trabajador@s y los pueblos.
Las medidas adoptadas recientemente por la Unión Europea y ejecutadas por la mayor parte de los gobiernos tienen como objetivo principal socializar las pérdidas y beneficiar los intereses de los grandes grupos económicos y financieros.
Estas medidas van acompañadas por una demagogia intensa de Gobiernos e instituciones de la Unión Europea dominada por los conservadores, los liberales, los social‐demócratas y los verdes de derecha, que intentan ocultar sus responsabilidades por las políticas neoliberales de la Unión Europea, posicionándose a una falsa distancia del neoliberalismo, pero preservando sus directrices políticas en la llamada "refundación del capitalismo". Pero la esencia misma del capitalismo no puede reformarse, regularse, humanizarse. La prueba de esto, es el proceso de integración de la Unión Europea en la estrategia de EE.UU. y de la OTAN, y la encarnación del militarismo, el intervencionismo e interferencia en su "Estrategia Europea de Seguridad".
Al mismo tiempo, faltándole al respeto a la voluntad soberana y democrática expresada a través de los referéndums del pueblo francés, holandés e irlandés, insisten en una Unión Europea más neoliberal y militarista, bajo la dominación de los grandes poderes, a saber a través de la tentativa persistente de puentear el rechazo del Tratado de Lisboa en el referéndum irlandés de 2008.
Es a través de la lucha de l@s trabajador@s y de los pueblos que se puede responder a la situación y abrir las sendas del cambio necesario, rechazando que aquéllos que más sufren sean los que paguen por los efectos de la crisis, y exigiendo mejores condiciones de vida, más democracia, cooperación y paz entre los pueblos. Es objetivo de los partidos firmantes dar a esta lucha una voz en el Parlamento Europeo, junto con otros partidos de izquierda democrática y la izquierda verde nórdica, en estrecha colaboración con organizaciones y movimientos sociales.
Los tiempos están enfrentando a l@s trabajador@s y a los pueblos a un desafío importante: lograr una transformación social profunda, superando la explotación y la opresión.
En continuidad con compromisos previos, las elecciones de junio de 2009 al Parlamento Europeo son para nosotros ‐fuerzas progresistas y de izquierda‐ una oportunidad de reafirmar que esas alternativas a las políticas neoliberales y militaristas de la Unión Europea existen.
Nuestro objetivo es una Europa de cooperación, de progresos sociales, de igualdad, que promueva el medio ambiente, respete la democracia, la solidaridad y la paz. Solamente otro rumbo en la Unión Europea puede contribuir a esto.
Por esta razón, las fuerzas políticas que suscriben este llamamiento reafirman el rechazo del Tratado de Lisboa y exigen que se deje de lado, porque institucionaliza el neoliberalismo y militariza la UE dentro del marco de la OTAN, porque adopta un planteamiento “la seguridad es lo primero” para los asuntos internos de los países de la UE y choca con la necesidad urgente de cambio, de progresos sociales y de un nuevo papel de Europa en el mundo.
Los partidos que suscriben este llamamiento somos portadores de estos valores y estas
demandas. Reafirmamos nuestra determinación de actuar por una Europa diferente que tenga en cuenta efectivamente las demandas sociales y democráticas, las demandas de paz y de solidaridad, que son las aspiraciones legítimas de los pueblos. Para alcanzar esta Europa diferente, proponemos trabajar sobre cuatro ejes de propuestas.
Ver los cuatro ejes de propuestas.
